Se que todavía es demasiado Octubre para estar escribiendo que tengo miedo a acostumbrarme a ti. Demasiado pronto para perder el tiempo escribiendo suposiciones cuando podría perder el tiempo diciéndote que me has devuelto (o mejor dicho, que me has quitado) las ganas de no querer otras manos.
Pero nunca nada es demasiado, cuando tu eres más que suficiente. Así que mejor sigo así, callada, haciéndote pensar que no soy del todo tuya. Seguro que de ese modo no se te van a ir las ganas de luchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario