Nos encerramos para que el daño no venga de afuera, o no se escape de adentro...

(Tengan cuidado con la adicción al sufrimiento, que después hasta la paz duele.)
Te encuentres donde te encuentres, cerca o lejos, si puedes leer esto que ahora escribo, por favor, recuerda, recuerdame, recuerdanos así.

Las personas que saben hacerte reír de verdad son las únicas por las que, inevitablemente, vas a tener que llorar algún día.