Me siento afortunada de poder quererlo. A mi modo, a mis locuras, a mis manías. Siempre creí que el amor llegaba en silencio, paso a pasito sin hacer ningún ruido, pero me equivoqué. Llegó a mi vida gritando, pisando fuerte, marcando territorio justo en medio de mi pecho. Nos encontramos en un mal momento, no cerramos círculos ni terminamos historias, paso así decidimos escribir un nuevo libro. Me siento afortunada, si, de tener a alguien que con solo ver mis ojos es capaz de descifrarme, que me quiere a pesar de mis demonios, que me cuida y ama verme sonreír.